Buenos Aires, Argentina, 3 de diciembre de 2014.
Día Internacional del No uso de plaguicidas. A treinta años de la catástrofe de Bhopal Ocurrida en la India debemos actuar para evitar nuevos “Bhopales” en cada territorio y comunidad en la cual se fabrican, distribuyen, comercializan y aplican plaguicidas o se desechan sus envases. En la comunidad de Bhopal en la India entre la noche que transcurre del 2 al 3 de diciembre se volcaron al ambiente luego de ocurrir una serie sucesiva de errores y equivocaciones humanas miles de toneladas de precursores de plaguicidas que envenenaron a las personas en forma directa, pero también contaminaron al agua, al suelo y a los propios alimentos con lo cual el problema sigue causando daños hasta la actualidad. No fue un accidente lo que llevo a esta tragedia sino la avaricia, el afán de lucro puesto en juego por las empresas de agroquímicos que solo piensan en su rentabilidad dejando de lado el impacto ambiental y social de sus acciones.
En nuestro continente Americano los plaguicidas siguen causando problemas en la salud de millones de personas desde los trabajadores/as que pasan largos jornadas de trabajo en las fabricas de químicos, los productores /as y trabajadores/as que los aplican hasta las comunidades expuestas durante su aplicación. Enfermedad y muerte que nos acechan más allá de donde cada uno de nosotros viva o desarrolle sus tareas. La utilización de plaguicidas dentro de un esquema productivo de tipo industrial y desaprensivo causa enfermedades y muerte en todos los integrantes de los ecosistemas. Un modelo productivo que demanda cada vez más petróleo, agua, tierras, minerales, semillas y que produce impactos sociales, ambientales culturales y económicos
La luchas deben unirnos, a los que luchamos contra le extracción desenfrenada de petróleo, contra la minería a cielo abierto, contra los desalojos de familias productoras, contra las represas, contra la privatización y patentamiento de las semillas, contra la continua profundización del cambio climático, contra los plaguicidas.
Pero esa lucha, además debe ser propositiva para ello debemos proponer, encarar, llevar adelante, incidir en los tomadores de decisión con propuestas de verdadero desarrollo sustentable, ético, espiriritual y humano. En esta alternativa de desarrollo, la agroecología constituye una propuesta integral en la cual podamos alcanzar la soberanía alimentaria de los pueblos enfrentando al cambio climático, el acaparamiento de tierras y obviamente la utilización creciente de plaguicidas
Hasta cada lucha y propuesta en cada una de las comunidades en donde desarrollamos nuestras acciones
Ing. Agr. Javier Souza Casadinho
Coordinador regional RAPAL
3 de diciembre Día Mundial del No Uso de Plaguicidas
El 3 de diciembre se conmemora el Día Internacional por el NO Uso de Plaguicidas para hacer un llamado de atención, especialmente a las autoridades, sobre los graves problemas sanitarios y ambientales que genera el uso de plaguicidas a nivel global.
Esta fecha fue establecida por las 400 organizaciones miembros de la Red de Acción en Plaguicidas, PAN Internacional (Pesticide Action Network) en memoria de más de 16.000 personas fallecidas en Bophal, India, en 1984, debido al escape de 27 toneladas del gas tóxico metil isocianato, utilizado por la transnacional agroquímica Union Carbide para fabricar plaguicidas.
Este y muchos otros graves accidentes han ocurrido en el mundo desde que se impuso la agricultura de monocultivos con uso intensivo de agrotóxicos. Se ha contaminado el aire, suelos, aguas y alimentos causando la muerte de fauna y flora, y profundos desequilibrios en los ecosistemas, graves impactos en la biodiversidad, deforestación y pérdida de la fertilidad de los suelos.
El mayor costo social son las muertes y las intoxicaciones agudas y crónicas que afectan a trabajadores/as agrícolas y a la población expuesta a plaguicidas, como también a quienes consumimos, sin saberlo, alimentos con residuos de plaguicidas.
En América Latina el uso de plaguicidas ha intoxicado a millones de personas y ha cobrado miles de víctimas, muchos de ellos niños. Sin embargo, nadie ha asumido la responsabilidad por estos crímenes que permanecen impunes. De acuerdo a los resultados del programa de vigilancia epidemiológica de los Ministerios de Salud y la Organización Panamericana de la Salud realizado en 7 países de Centroamérica, se estima que cada año, 400.000 personas se intoxican por plaguicidas. Mientras que en el Cono Sur, solo en Brasil, se producen aproximadamente 300.000 casos al año, constituyendo un grave problema de salud pública, calificado por la OMS como endémico. Además, se estima que en Brasil hay más de un millón y medio de trabajadores agrícolas intoxicados crónicos debido a la exposición a plaguicidas.
Por tanto, exigimos que se prohíba el uso de los plaguicidas altamente peligrosos (incluidos los 1a y 1b, según la OMS, los con efecto crónico y los listados en Convenios Internacionales) y los países de la región que aún no lo han hecho, cancelen el registro del endosulfán, insecticida organoclorado extremadamente dañino para la salud y de prolongada permanencia en el ambiente. Por estas razones ha sido incluido en el Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs) y prohibido en gran parte del mundo.
¡Semillas libres de “patentes” , plaguicidas y transgénicos!
Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina (RAP-AL)
Coordinador Regional
Javier Souza
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