El acceso a alimentos nutritivos, integrales, libres de plaguicidas y organismos transgénicos producidos baja el paradigma de la agroecología constituye un derecho humano inalienable al cual no podemos renunciar.
En la actualidad barreras al acceso de bienes naturales como la tierra y el agua, así como a semillas criollas y nativas constituyen una primer barrera para la producción de alimentos a la cual se le suman las dificultades en el acceso continúo dadas por las restricciones establecidas al acceso un trabajo estable , seguro y de manera continua
Más que en otros momentos históricos, durante la pandemia y cuarentena impuesta por el avance del los casos de corona virus, los ciudadanos nos preguntamos sobre el origen y modos de producción a partir de los cuales se originan los alimentos que ingerimos cada día, lamentablemente descubrimos que una parte de ellos se producen siguiendo un modelo desaprensivo de relación con los bienes naturales y sin proteger establecer mecanismos que protejan a trabajadores /as y productores(as familiares.
A su vez asistimos a un intento de las grandes empresas productoras de agroquímicos y de alimentos de apropiarse del concepto, modos de producción y prácticas implícitas en el paradigma agroecológico puestas en juego por agricultores/as quienes en deferentes territorios y sometidos a diferentes presiones producen alimentos de manera armoniosa con el ambiente , seres humanos incluidos.
Desde RAPAL insistimos en defender la alimentación como hecho político en el cual los seres humanos ejercemos nuestros derecho a producir, elaborar , compartir, distribuir aquello que producimos pero a su vez nos permite valorar nuestras costumbres y hábitos alimentarios para que comer además de una necesidad vuelva a ser un placer.
Javier Souza Casadinho
Coordinador Regional
María Elena Rozas
Coordinadora de la oficina de administración y comunicación
RAPAL