Neonicotinoides y Plaguicidas Altamente Peligrosos (PAPs) que matan las abejas y otros polinizadores
Los plaguicidas neonicotinoides son una nueva clase de insecticidas con nuevo modo de acción. En 1972, el primer neonicotinoide desarrollado, pero nunca comercializado fue la nitiazina. En 1985 se desarrolló el neonicotinoide siguiente, imidacloprid. Desde la década del 2000 su uso mundial fue creciendo, hasta llegar a ser el insecticida de mayor uso global. Actualmente los neonicotinoides son plaguicidas altamente cuestionados debido a que estudios científicos realizados en diversas partes del mundo evidenciaron muertes y graves daños para las abejas y otros polinizadores. (*) Entre otros plaguicidas neonicotinoides están: clotianidina, imidacloprid, thiametoxam, dinotefuran, tiacloprid, acetamiprid.
Modo de acción en los organismos
Los neonicotinoides son insecticidas neuroactivos diseñados a partir de la nicotina. Actúan sobre el sistema nervioso central (SNC). Son sustancias cuyo modo de acción es sistémico, translaminar, de contacto y estomacal. Su actividad insecticida es por vía sistémica, por lo que puede ser aplicado tanto vía foliar como vía radicular a través del agua de riego, con un efecto residual prolongado en el suelo. Actúan bloqueando los ganglios en los receptores postsinápticos de los insectos, de forma similar a la nicotina.
Mortandad de abejas por neonicotinoides y plaguicidas en América Latina
En toda la región, se reporta la muerte masiva abejas y polinizadores por neonicotinoides y por el uso indiscriminado de plaguicidas en los diferentes cultivos. Citamos algunos ejemplos de mortandad de abejas ocurridas entre los años 2016 y 2017.
En México, en Lerdo, Durango, entre enero y marzo de 2016, los apicultores están en crisis por la desaparición del 53% de las abejas melíferas de la Comarca Lagunera. 110 productores sufrieron el abandono de las abejas en rangos de 18 a 80%. Las abejas no comían y comenzaron a desaparecer luego de la aplicación de neonicotinoides en cultivos de sorgo. Los especialistas descartaron enfermedades virales.
En Colombia, en octubre de 2016 la Asociación de Apicultores del Quindío, denunció que en el departamento se ha registrado la muerte de 2.808 colmenas de abejas usadas para la producción de miel y sus derivados causada por un herbicida usado para el control de malezas. En Colombia según registros, 10.500 colmenas desaparecen al año debido a plaguicidas. Así lo advierte María Guiomar Nates Parra, experta apícola de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.).
En Chile apicultores provenientes de regiones del norte, centro y sur del país, realizaron una marcha hasta el Congreso nacional para reclamar por la constante muerte de abejas debido al uso de plaguicidas y a la ausencia de una Ley Apícola que aborde de manera integral el problema. En la Sexta Región, en 2016, 32.000 colmenas murieron. Sólo en agosto de 2017, en Cabildo, Petorca reportaron 300 colmenas afectadas. Sin embargo entre septiembre y octubre, apicultores de comunas de diversas regiones, entre ellas Curicó, Región del Maule; San Fernando, región de O’Higgins; Cabildo, Petorca y Nogales en la Región de Valparaíso; Mallarauco, Melipilla, Región Metropolitana; Bulnes, Ñuble, en la Región del Bío-Bío, continúan denunciando la mortandad de abejas por aplicación de clorpirifós (Lorsban), tiametoxan (Actara) y otros neonicotinoides en época de plena floración. Si el plaguicida está registrado, la pérdida es sólo para el apicultor. Ver casos y videos en:
https://www.facebook.com/SALVEMOSLASABEJAS16AGOSTO/
Ver Polidíptico completo en .jpg ( 2 páginas).